¿Cuántas veces, calculamos mal la dosis de insulina, porque los Hidratos de Carbono no corresponden a la dosis pautada y al ejercicio diario?
Con una imagen de Pinocho, os cuento sistemas de contabilización de Hidratos de Carbono, con sus Pros y Contras.
❶ Cálculo visual o «a ojo». Hay personas que visualmente intentan comer siempre la misma cantidad de hidratos de carbono. Este sistema es el menos preciso de todos por lo que solamente está recomendado cuando se come fuera de casa o en viajes.
Este es el que llevo usando gran parte de mi vida conviviendo con diabetes, ya sabéis, trabajo, universidad, viajes…no me ha ido nada mal, pero no es siempre efectivo.
❷ Por volumen. Existen varios sistemas que permiten calcular la cantidad de hidratos de carbono mediante la medida del volumen. Este sistema es menos exacto que usar una báscula, pero a menudo es necesario para simplificar el manejo. Este sistema es muy cómodo si allí donde vamos no pesan la comida: para llevar en la mochila cuando se va a casa de familiares, abuelos, en el colegio, campamentos, bufetes en hoteles.
❸ Por gramos. Este sistema consiste en tener un menú o variaciones de menús medidos por gramos. Es un sistema ideal para los primeros días o semanas después del debut, pero con el tiempo resulta limitado y se necesita aprender más sobre los intercambios.
❹ Intercambios de raciones de hidratos de carbono. Este sistema requiere entrenamiento pero resulta más eficaz y flexible. Permite una mayor calidad de vida, a la vez que un mejor control. Utilizándolo podemos improvisar la ingesta, adaptar el menú a los gustos y situaciones personales e incluso permite adaptar la cantidad de insulina a la cantidad de hidratos de carbono de la ingesta. Así pues, con los intercambios no se necesita comer todos los días la misma cantidad, siempre que sigamos unas pautas generales de alimentación saludable.
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